Con la llegada del verano, hablar de hidratación se vuelve esencial. Pero en QUINQUE queremos ir más allá del típico consejo de “crema hidratante a diario”. La hidratación es un proceso complejo y multifacético que involucra tanto factores externos como internos. La piel, el órgano más grande del cuerpo, no sólo necesita hidratación tópica: también depende profundamente de cómo cuidamos nuestra alimentación, la calidad de nuestro descanso, nuestro entorno, y especialmente, de cómo nos hidratamos internamente.
Si no es solo beber agua, ¿qué es realmente la hidratación?
Hidratarse no es solo beber agua. La hidratación adecuada implica un equilibrio entre agua y electrolitos —minerales como el sodio, potasio, magnesio y calcio— que ayudan a mantener el volumen sanguíneo, la función muscular, la actividad nerviosa y, por supuesto, la integridad de la piel.
Desde el punto de vista de la piel, estar bien hidratados significa que nuestras células cutáneas tienen suficiente agua para cumplir sus funciones: renovar tejidos, mantener la barrera cutánea intacta, y protegernos del daño ambiental.
¿Por qué la hidratación interna influye en la piel?
Diversos estudios han demostrado la relación directa entre el estado de hidratación del cuerpo y la apariencia y salud de la piel. Por ejemplo, un estudio publicado en Clinical, Cosmetic and Investigational Dermatology encontró que una ingesta mayor de agua aumentaba la hidratación superficial y profunda de la piel en individuos con baja ingesta hídrica previa [1].
Cuando el cuerpo está deshidratado, se prioriza la hidratación de órganos vitales como el corazón o el cerebro, dejando a la piel en segundo plano. Esto se traduce en una piel más apagada, menos elástica, con mayor propensión a la irritación y a la aparición de líneas finas.
5 formas de hidratarnos (y aconsejamos aplicarlas todas)
1. Agua: la base indiscutible
Empezar por lo básico es clave. El agua es el vehículo que permite transportar nutrientes a las células y eliminar toxinas. Aunque las necesidades varían, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda unos 2 litros diarios para mujeres y 2.5 litros para hombres [2], ajustados según clima, ejercicio y dieta.
Pero no se trata solo de beber mucha agua sin más. Si no acompañamos el agua con electrolitos y una buena dieta, esta puede pasar por nuestro cuerpo sin ser correctamente aprovechada.
2. Electrolitos: los grandes olvidados
Quizá no hayas oído hablar de ellos, pero son un componente clave que muchas veces se pasa por alto.
Los electrolitos son minerales que ayudan a mantener el equilibrio de fluidos en nuestro cuerpo y que influyen directamente en la capacidad del cuerpo para retener el agua. Una hidratación sin electrolitos es como regar una planta con una manguera sin presión: parte del agua se va, sin nutrir realmente.
Desde hace más de un año, Mercedes, fundadora de QUINQUE, ha incorporado los electrolitos a su rutina diaria. “No hay un solo día que falten en alguna de las múltiples botellas de agua que tomo a diario”, nos cuenta. “Me siento con más energía, noto mi piel más jugosa desde dentro, y ha reducido significativamente mi fatiga al final del día. Se ha convertido en una parte imprescindible de mi autocuidado”.
Los electrolitos se pueden obtener de forma natural con una dieta rica en frutas y verduras (como el plátano, el aguacate, el apio, la espinaca), pero también existen mezclas específicas en polvo o tabletas, como los de COMBEAU, que son ideales sobre todo en verano, cuando perdemos más agua y minerales a través del sudor.
3. Alimentos ricos en agua
Los alimentos también cuentan como fuente de hidratación. El melón, la sandía, el pepino y los cítricos tienen un altísimo contenido de agua, además de aportar antioxidantes y micronutrientes que benefician la piel. Incluir estos alimentos en la dieta diaria es una forma deliciosa y eficaz de mantenernos hidratados.
4. Infusiones y caldos
Las infusiones de hierbas (como el hibisco, la manzanilla o la menta) y los caldos caseros también pueden ayudar a mantener los niveles de hidratación. A diferencia de las bebidas con cafeína o alcohol, que pueden tener un efecto diurético, estas infusiones aportan líquidos sin efectos adversos y pueden ser grandes aliadas, especialmente en las noches de verano.
5. Cremas hidratantes y sérums
Aunque estamos hablando de hidratación interna, no podemos olvidar el cuidado tópico. Las cremas, sérums y aceites ayudan a retener el agua en la piel y a fortalecer la barrera cutánea.
En QUINQUE, formulamos para trabajar en sinergia con la piel. Ingredientes como el ácido hialurónico, la glicerina o las ceramidas no sólo hidratan, sino que también reducen la pérdida de agua transepidérmica (TEWL), un proceso natural por el que perdemos agua a través de la piel, especialmente con la subida de las temperaturas.
¿Cómo saber si estás bien hidratada?
Más allá de la sensación de sed (que suele aparecer tarde), puedes observar estos signos:
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Tu piel se ve luminosa y elástica. Si al pellizcar suavemente la piel esta vuelve rápido a su lugar, es buena señal.
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Tu energía es constante durante el día.
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Tus labios están suaves y no agrietados.
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Tu orina es de color claro (amarillo pálido).
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No tienes dolores de cabeza frecuentes ni sensación de fatiga sin razón aparente.
Hidratación en verano: consejos prácticos
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Empieza el día con un vaso de agua con electrolitos. Un hábito que Mercedes recomienda personalmente.
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Lleva una botella reutilizable contigo todo el tiempo. Idealmente con alguna infusión o electrolitos si vas a estar expuesta al sol.
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Incluye frutas con alto contenido hídrico en el desayuno y snacks.
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Evita el exceso de alcohol y cafeína. Ambos pueden deshidratarte si no los equilibras con agua.
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Aplica cremas hidratantes justo después de la ducha, cuando la piel aún está ligeramente húmeda, para atrapar la humedad.
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Cuida tu barrera cutánea con productos suaves y nutritivos.
Conclusión: la piel se hidrata desde dentro y desde fuera
Cuidar la piel en verano va mucho más allá de usar protector solar y una buena crema (aunque esos pasos también sean muy esenciales). La verdadera hidratación empieza desde dentro: con agua, electrolitos, alimentos frescos y hábitos conscientes.
En QUINQUE creemos en una belleza que nace del bienestar profundo. Por eso, te animamos a mirar tu rutina de cuidado de la piel como parte de un todo: nutrición, descanso, hidratación, conexión. Cada pequeña decisión suma.
Recuerda: una piel hidratada no solo se ve mejor, también funciona mejor. Y eso es lo que realmente importa.
Referencias científicas
[1] Palma, L. et al. (2015). Effect of water intake on skin physiology: A randomized controlled trial. Clinical, Cosmetic and Investigational Dermatology, 8, 413–421.
[2] EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergies (2010). Scientific Opinion on Dietary Reference Values for water. EFSA Journal 8(3):1459.
[3] Popkin, B.M., D’Anci, K.E., Rosenberg, I.H. (2010). Water, hydration, and health. Nutrition Reviews, 68(8), 439–458.
[4] Casa, D.J. et al. (2000). Pre-exercise hydration and physical performance: Effects of electrolyte-enhanced beverages. Journal of Athletic Training, 35(2), 212–219.